Leer el presente desde la historia
Hablo en mi página en Facebook de Roger Fenton y Paul Seawright. Ambos fueron a una guerra y volvieron con la fotografía de un camino en el que las balas de cañón y las vainas de proyectiles eran las únicas evidencias de toda la muerte que en aquellos paisajes había sucedido.
La exhibición de la muerte en los medios "respetables" nunca ha estado bien vista, los mismos que con sus decisiones provocan el terror, cerca o lejos, cuidan de que nuestra sensibilidad no se vea dañada por una imagen dolorosa. Y nosotros mismos rechazamos la contemplación del dolor o ejercemos una sobreprotección (caso de los menores por ejemplo) que llena de píxeles cualquier imagen susceptible de dañar la sensibilidad del espectador, que en eso nos han convertido, en espectadores.
Yo no he ido a ninguna guerra ni he realizado ninguna fotografía que necesitara ser alterada para su consumo, pero en mi proyecto de fin de ciclo de Fotografía trate el tema de los efectos de la burbuja económica en el paisaje aledaño a la ciudad bajo el título Donde la ciudad acaba. En dicho trabajo tuve muy presente a Fenton y a Seawright, y más de una de las fotografías que tome las hice con sus Valle de la sombra de la muerte en la cabeza. La crisis económica derivada tras la burbuja ha dejado en nuestro paisajes todo tipo de absurdeces, autopistas a medio construir cuya imposibilidad se conocía antes del inicio de las obras, polígonos empresariales en los que no hay más que calles completamente urbanizadas pero ninguna edificación ni empresa, bloques y bloques de viviendas a medio construir, la tierra levantada para obras sin presupuesto... y mientras familias sin trabajo ni hogar eran desahuciadas literalmente de sus casas y de la sociedad, las tasas de suicidios multiplicadas, igual que las estadísticas de pobreza. De nuevo los medios "respetables" miraron para otro lado.
Pero esta vez el trabajo de profesionales comprometidos como Olmo Calvo y Edu León, de colectivos como Nación Rotonda, de nuevos medios como Periodismo Humano o Infolibre y su difusión en redes sociales ha hecho que sepamos lo que está sucediendo y exijamos medidas o apoyemos nuevas fórmulas políticas para abordarlas. El futuro nos dirá con que resultado. El presente nos dice con que necesidad. Un presente en el que por ejemplo hemos superado el número de refugiados de todos los tiempos en el mundo a causa de guerras y situaciones de desesperanza económica, y están a nuestras puertas y no sabemos dar otra respuesta que subir la altura de las vallas.
El gobierno español por su parte legisla para que no se pueda fotografiar policías en acción o qué sé yo que otras situaciones incomodas para sus propósitos de gobernar libremente en función a sus intereses, que no sabemos de quien son, pero si estamos seguros que no son los del conjunto de la sociedad.
Pero este blog es sobre fotografía. Aquí está mi fotografía, mi sombra del valle de la muerte, de la muerte de una sociedad que con su consumismo y falta de humanidad hace que el silencio grite y el vacío se haga intransitable.
La exhibición de la muerte en los medios "respetables" nunca ha estado bien vista, los mismos que con sus decisiones provocan el terror, cerca o lejos, cuidan de que nuestra sensibilidad no se vea dañada por una imagen dolorosa. Y nosotros mismos rechazamos la contemplación del dolor o ejercemos una sobreprotección (caso de los menores por ejemplo) que llena de píxeles cualquier imagen susceptible de dañar la sensibilidad del espectador, que en eso nos han convertido, en espectadores.
Yo no he ido a ninguna guerra ni he realizado ninguna fotografía que necesitara ser alterada para su consumo, pero en mi proyecto de fin de ciclo de Fotografía trate el tema de los efectos de la burbuja económica en el paisaje aledaño a la ciudad bajo el título Donde la ciudad acaba. En dicho trabajo tuve muy presente a Fenton y a Seawright, y más de una de las fotografías que tome las hice con sus Valle de la sombra de la muerte en la cabeza. La crisis económica derivada tras la burbuja ha dejado en nuestro paisajes todo tipo de absurdeces, autopistas a medio construir cuya imposibilidad se conocía antes del inicio de las obras, polígonos empresariales en los que no hay más que calles completamente urbanizadas pero ninguna edificación ni empresa, bloques y bloques de viviendas a medio construir, la tierra levantada para obras sin presupuesto... y mientras familias sin trabajo ni hogar eran desahuciadas literalmente de sus casas y de la sociedad, las tasas de suicidios multiplicadas, igual que las estadísticas de pobreza. De nuevo los medios "respetables" miraron para otro lado.
Pero esta vez el trabajo de profesionales comprometidos como Olmo Calvo y Edu León, de colectivos como Nación Rotonda, de nuevos medios como Periodismo Humano o Infolibre y su difusión en redes sociales ha hecho que sepamos lo que está sucediendo y exijamos medidas o apoyemos nuevas fórmulas políticas para abordarlas. El futuro nos dirá con que resultado. El presente nos dice con que necesidad. Un presente en el que por ejemplo hemos superado el número de refugiados de todos los tiempos en el mundo a causa de guerras y situaciones de desesperanza económica, y están a nuestras puertas y no sabemos dar otra respuesta que subir la altura de las vallas.
El gobierno español por su parte legisla para que no se pueda fotografiar policías en acción o qué sé yo que otras situaciones incomodas para sus propósitos de gobernar libremente en función a sus intereses, que no sabemos de quien son, pero si estamos seguros que no son los del conjunto de la sociedad.
Pero este blog es sobre fotografía. Aquí está mi fotografía, mi sombra del valle de la muerte, de la muerte de una sociedad que con su consumismo y falta de humanidad hace que el silencio grite y el vacío se haga intransitable.
Madrid, 2014 |
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