La ventana de Paco.
Las horas indultadas |
XXVI
Toda tierra es accesible para el hombre sabio,
pues la patria del hombre bueno el el mundo entero.
DEMÓCRITO
No piertdas el tiempo buscando la patria, la llevas contigo.
H. ALVARADO TENORIO
Mi patria es una tierra surcada
por voluntades de concordia
en la que no madura la ira,
donde no acechan escollos amargos
ni los vientos que sostienen la angustia.
Mi patria es una república de gentes cercanas
en las que por fin se extinguió
el fervor de los patriotas encendidos,
para hacer hueco a los que fueron
arrancados de otras patrias.
Mi patria son los caminos que descartan
a esos integrismos empecinados
en desfigurar a los dioses propicios y clementes.
Mi patria son los ríos que cortan el paso
a esos agrios fanatismos que descomponen
a los pueblos de figura y de temple.
Mi patria son los territorios ciertos y absolutos
de la piel de ese alma cotidiana
que mi amada me obsequia sin hipérboles.
Mi patria desterró las fronteras custodiadas
por el recelo y la sospecha
e hilvanó puentes cordiales
para dar acogida a la palabra abierta
en transito constante.
Mi patria son los suelos donde ondean
banderas que no demandan juramentos,
tejidas con hebras de tolerancia
que las canoras aves reúnen con cautela
para ir amueblando el futuro de entereza.
Mi patria es esa región donde el sol hace brotar,
como huellas confiadas, los sinónimos de la justicia
y la nieve resquebraja la simiente de la intransigencia.
Mi patria, amigos, es un país aún no inaugurado,
con ínfulas de continente escondido,
en las latitudes de las memorias escépticas
y las utopías conquistables.
FRANCISCO J. CASTAÑÓN
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