Ventana de despedida a Ernesto.






















Al revisar las actualizaciones de mis vecinos encuentro con alegría una nueva entrada en Testigo, el blog de Ernesto, pero al abrirla un profundo dolor me asalta, son Pilar, Ana y Elena las que firman el texto para dar la triste noticia: Ernesto ya no volverá a compartir su sensibilidad, su humor, su amplísima cultura, sus inquietudes... Ernesto nos ha dejado. Dicen algunos, quizás lo piensen muchos, que esto de internet nos aleja, que hace que perdamos el calor del contacto humano. No sé, detras de cada pantalla hay una persona, y sin haberla visto nunca ni estrechar su mano puedes sentirla tan cercana y real como al amigo de la infancia. La tristeza que he sentido al leer la noticia de la pérdida de Ernesto es muy real, eso sí lo sé.
No se me ocurre mejor homenaje a Ernesto que dejar a continuación las propias palabras de Pilar, Ana y Elena y desearle que haga su último paseo con toda la paz y el amor que seguro llevo en su vida.


Después de tres años, muchas horas y grandes amigos, TESTIGO finaliza su andadura, pero antes voy explicaros como era en realidad ese Ernesto querido que tantas cosas ha compartido con vosotros.
Fue un gran hijo, un buen hermano, un amigo estupendo y el mejor compañero de vida que una mujer pueda esperar,  pero sobre todo fue un padre maravilloso y un abuelo IMPOSIBLE de igualar. Siempre con una sonrisa en la cara, ejercía de relaciones públicas con todo aquel que se cruzaba en su camino. Hizo de la lectura una forma de vida, que también inculcó a sus hijas. Amante de la cocina exótica, nos descubrió sabores indescreptibles y, con su alma de viajante, disfrutamos de viajes inolvidables. Siempre luchó por aquello que más le importaba: la felicidad de los suyos.
Es por eso que nos va a ser muy difícil seguir sin él.
Con su marcha, TESTIGO cierra una intensa etapa que le dio grandes momentos de alegría y felicidad, que en gran parte os debe a vosotros. Aún así, esta “casa” -aunque ya inactiva- continuará en el barrio con sus puertas abiertas, dando vía libre a todo aquel que quiera volver a hacer una visita al pasado.
Gracias a todos,
Pilar, Ana y Elena

Comentarios

  1. juanjo, un texto precioso. Me emociona, para mí también es muy real la muerte de Ernesto. Un beso, cercano compi de blog.
    Anne

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  2. Conocí a Ernesto, no en persona (pero por muy poco), pero si que tuve la inmensa fortuna de hablar con él en numerosas ocasiones. Y solo puedo decir que, su voz, sus palabras, sus enseñanzas, superaban todo el buen e inmejorable hacer que nos ha dejado como legado en su maravilloso blog.
    Un blog que, en este momento, forma parte de todos quienes lo hemos compartido y nos consideramos sus amigos.

    Aún así, continúo sin poder creerme que Ernesto ya no esté ahí, para darnos y enseñarnos lo mejor de él, y de la vida.

    Gracias por escribir sobre un hombre bueno.

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  3. No tuve el gusto, pero ahora tengo el disgusto.

    Por Ernesto

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  4. Un beso Anne, qué más decir.
    Muchas gracias Toni por tus palabras que me acercan un poco más a Ernesto.
    Judax, por Ernesto.

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  5. Hermoso homenaje el que le dedicas a Ernesto. Yo también disfrutaba de los textos que publicaba en Testigo.
    Su ausencia es una perdida irreparable.
    Te dejo un fuerte abrazo

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  6. Cuanta razón tienes. Yo también sentía a Ernesto muy cercano y ahora no puedo escribir sin recordarlo. Me gusto tu ventana. Seguro que a él también le habría gustado. Un saludo

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  7. Tristeza y desolación, sensación de vació al perder a Ernesto, un hombre cultísimo, sensible y lleno de valores excepcionales.

    El mundo de los blogs es tan real como esta ausencia inenarrable.

    Abrazos

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  8. Pienso que la comunicación es una cuestión de voluntades y no de medios, igual que el afecto y la comunión de sentimientos o ideas.
    El tiempo que escogemos dedicar a seguir el hilo del pensamiento de otra persona hace que de algún modo se incorpore a nuestro espacio vital y de alguna forma nos acompañe.
    Tu entrañable despedida es una muestra de todo ello.
    Un abrazo.

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  9. Seguro que Ernesto nos lee y sonrie :-)

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